Lo primero que tenemos que saber es que cada relación con otro u otros tiene al menos tres o cuatro grandes perspectivas diferentes a considerar:
Dos (2) espacios del YO, (yo y tu) que se unen para crear un espacio del NOSOTROS, que depende de varios hechos objetivos sobre todos ELLOS.
De modo que tendremos que aplicar mindfulness a todos ellos, el espacio del YO, el espacio del NOSOTROS y el espacio del ELLO o los hechos que intervengan en las ocasiones en que nos comuniquemos.
Lo primero que debemos hacer es observar el nivel de desarrollo de nuestro YO (mítico, racional, verde o integral) y el estado de desarrollo de nuestro YO (ordinario, sutil, causal, testigo) y configurar así el llamado YO GLOBAL o “centro de gravedad dual”.
Este YO global es el que explica por qué estamos en esa relación, que queremos de ella y que tipo de compromiso estamos dispuestos a asumir.
Comenzar con asumir la responsabilidad de acciones, sentimientos y emociones desde nuestro propio YO, y no desde el hecho o el ello que esta allá afuera, ej. “eres muy crítico” en lugar de: ” me siento juzgada”. Esta es una de las primeras sugerencias que hacen los terapeutas cuando se asiste a una terapia de pareja.
Las personas no suelen darse cuenta de la frecuencia con que expresan como verdades absolutas lo que no son más que meras opiniones.
Y cuando no se diferencia claramente el cuadrante del YO, del cuadrante del ELLO, se generan conflictos en el espacio del NOSOTROS.
Consideremos cada uno de estos espacios y sus grandes diferencias:
El espacio del YO, decir <prefiero el batido de vainilla al de chocolate> es muy diferente a afirmar <que el batido de vainilla es mejor que el batido de chocolate> como si se tratara de un hecho objetivo.
Las preferencias conllevan una elección que depende de nuestro gusto personal y no de una verdad universal o “ELLO“.
Debemos tener muy claro que la confusión de un deseo personal (yo) con hechos o verdades objetivas genera conflictos interminables de todo tipo en las parejas.
“Estas juzgándome” una afirmación del ello que crea problemas en vez de “Me siento juzgado por ti”. Si lo hacemos así, muchas de nuestras discusiones se desvanecen sobre todo si nuestra pareja hace lo mismo.
Los datos del “ELLO” se limitan a cobrar conciencia de su esencia sin que tengamos que decidir nada al respecto.
Prestemos atención ahora a los espacios del tú y del nosotros.
El espacio del yo y del tu son espacios diferentes; como ejercicio tomemos conciencia de nuestro yo y alternemos tomando conciencia del tu de nuestra pareja. Advirtamos como se experimentan en el cuerpo estos dos (2) espacios
el del yo y el del tu.
El espacio del “TU“, que tiene su propio centro de control, ajeno al nuestro.
Lo que nos atrae de una persona es un puñado de características de su “yo“, de su “tu” y de su ” ello“, una extraña combinación de datos objetivos y preferencias subjetivas, factores procedentes de los cuatro cuadrantes; factores psicológicos, propios del yo, biológicos, hormonales, propios del ello, y culturales, propios del nosotros.
También el tu tiene su centro de gravedad de conciencia evolutiva y desde ese lugar se expresa. Las diferencias de estos niveles de conciencia implican un trabajo mas dispendioso si de mantener una relación de pareja se trata, en ocasiones son tan diferentes estos niveles y tan diferentes sus verdades, necesidades, deseos y valores que simplemente no pueden encontrar una comprensión mutua para continuar.
Es muy importante ser capaz de ver, dialogar, comunicarnos y entendernos, nos guste o nos desagrade, con cualquier “tu” con el que nos encontremos.
Pero para tener una idea de lo que ese TU está pensando, sintiendo o interpretando debemos ser capaces de asumir su perspectiva; es decir dejar a un lado lo que se está pensando y tratar de ver el mundo desde la perspectiva del otro, es decir desde el espacio de su “YO“.
Esta capacidad de asumir la perspectiva del otro es esencial para el mantenimiento de una buena relación.
Empiece tomando consciencia de la persona como un objeto, como un “ELLO“, un hecho objetivo: dese cuenta de su aspecto externo, rasgos, tamaño, forma, y contémplelos sin que le agraden o desagraden, solo como hechos objetivos.
Ahora recuerde una situación de conflicto con una pareja y trate de recordar las palabras que utilizaron y el significado de lo que dijeron es decir su visión, como lo veían, que pensaban y como se sentían al respecto.
Póngase en su piel y aplique mindfulness a lo que ve.
La otra persona no se limita a ser un TU o un ELLO objetivo fuera de aquí, sino que tiene su propio espacio del YO y para ello es necesario deponer preferencias, gustos y deseos de nuestro YO, lo que implica dejar de verlos como verdades universales válidas para todo el mundo.
Solo así podremos ver desde dentro el espacio del YO de la otra persona del mismo modo que ella lo ve.
El “nosotros” está compuesto de valores compartidos, comprensiones compartidas, gustos compartidos, una historia compartida y una atracción mutua.
Usted no ama a un apersona per se, sino por el modo en que se siente cuando esta con ella, ama el “nosotros” que comparten.
Permanezca muy atento a ese “nosotros” y advierta que es ajeno a su propio ser, que está compuesto de dos (2)”yoes” y observe si ese “nosotros” deja espacio a los dos (2) “yoes” o solo uno se expresa?
RESUMIENDO
PRESTE ATENCION A:
El espacio de su “yo”
experimente el espacio de “nosotros”
pase luego al espacio del “yo” de la otra persona
finalmente experimente el espacio del “nosotros” de esa persona.
Cobrar conciencia de los cuatro (4) cuadrantes en cualquier acontecimiento nos hace más completo el análisis y nos muestra aspecto que tal vez tendemos a ignorar.